EDWARD DE BONO, CREADOR DEL PENSAMIENTO
LATERAL "La jerarquía reprime nuestro
talento"
No le digo mi edad, porque esto también lo leen las
señoras. Nací en Malta, cuna de la más antigua civilización del
planeta. Mil imágenes valen menos que una palabra: cuando le pones
una imagen a la idea de un niño, limitas su creatividad. Una idea es
buena o mala la tenga el presidente o el conserje. Póngase Seis
sombreros para pensar
LLUÍS
AMIGUET - 11/07/2005
-¿El jefe
siempre tiene razón?
-Es la idea la que tiene o no la
razón, la tenga Agamenón o su porquero, pero hoy el pensamiento en
nuestras organizaciones está paralizado por la jerarquía.
-No seré yo quien diga al jefe que
yerra.
-Porque todos asumimos personalmente los
razonamientos de forma que la discusión de una idea o su crítica
acaban cuestionando a quien la formula y su posición de poder. Por
eso no se acaba imponiendo la mejor idea, sino la idea del que más
manda.
-Y sólo progresa el empleado sí
señor.
-A costa de la organización. Porque si el
mando piensa A y el subordinado B, es muy difícil que entre ambos
lleguen a la solución que sería C. Los egos de cada uno, jefe o
subordinado, que también lo tiene y muy grande, aniquilan la
creatividad y así la jerarquía reprime el talento de la
organización.
-¿Y usted qué propone para desatascar?
-Desjerarquizar el raciocinio y ofrecer la alternativa
del pensamiento lateral.
-¿Sin que tiemblen las
estructuras?
-Se trata de despersonalizar y
desjerarquizar el proceso de toma de decisiones para que la
organización piense en paralelo y no en vertical. Que nadie tema
pensar y decirlo.
-¿Cómo?
-Yo propongo que
nos pongamos sombreros diferentes y que dividamos en partes
el proceso de toma de decisiones.
-¿De qué colores?
-El blanco para aportar la información. Todos en la
reunión deben empezar por limitarse a aportar datos: toda la
información disponible sin connotar ni hacerla tendenciosa. Después
nos colocamos el sombrero rojo...
-¿Entonces hablan los
rojillos?
-Es el momento de las emociones. Cada uno
expondrá qué siente y qué le gustaría sentir respecto al problema
planteado de la manera más abierta y sincera. Vendrá después la hora
de ponerse el sombrero negro para explicar todos los peros y
contras.
-Ponerse pesimistas adrede.
-Exacto:
exponer los peligros, las amenazas, los miedos, para luego poder
pasar al sombrero amarillo. Ésa es la hora de los optimistas y de
los que gustan de pensar que todo es posible por bueno que parezca.
-Oiga, ¿le quedan muchos sombreros? Llevamos ya dos horas
reunidos.
-IBM, Shell o Procter & Gamble se ahorran
muchísimas reuniones con mis sombreros. El verde es crucial: es la
hora del pensamiento lateral, término que inventé en 1976 y hoy
recoge el Oxford English Dictionary.
-¡Enhorabuena!
-Todos los sistemas autoorganizados siguen pautas de
conducta que se establecen de forma asimétrica...
-¿Mande?
-Es complicado, lo sé, pero piense
que para aplicarlo no es necesario entender el mecanismo. Tanto la
creatividad como los chistes dependen de la naturaleza asimétrica de
las pautas de percepción: parecen lineales hasta que se produce un
salto o discernimiento súbito tras el que, al repetirse de nuevo, la
gracia o la ocurrencia se vuelve obvia.
-El primero que
dijo que los dientes eran perlas era un genio; el segundo, un
idiota.
-Todos podemos aprender a ser los primeros. La
creatividad se enseña.
-¿Cómo?
-Déjeme acabar
con los sombreros: nos falta el azul, la organización, la logística,
el método y el procedimiento. Con ellos habremos sellado la
resolución del problema. La creatividad consiste en dejar libre el
pensamiento hasta que dé ese salto de patrón, pero eso también
requiere disciplina y organización.
-Que la musa me pille
trabajando.
-Recuerde que el África tropical paga hoy su
ventaja inicial de tener fáciles los recursos alimentarios: la fruta
y caza de la selva.
-Pero si hoy pasan hambre.
-Porque no la pasaron. La habilidad nace de la necesidad
y ellos tenían la fruta al alcance de la mano. No necesitaban
discurrir. Mientras ellos simplemente vivían, los escandinavos
desarrollaban la navegación para sobrevivir a los inviernos, o en
Egipto y Mesopotamia, las matemáticas y la astronomía para calcular
las lluvias y la irrigación. Por no hablar de los chinos y de todo
el genio de Asia.
-Los paraísos atontan.
-Son
mortales. Y por eso África terminó siendo esclava de los demás
continentes.
-¿Algún otro ejemplo?
-Mi
consejo al Gobierno chino: modifiquen la ley del descendiente único,
porque propicia el asesinato de las niñas. En su lugar, permitan
todos los nacimientos, pero sólo hasta que llegue el primer varón.
Así no se asesinarán más niñas y la población se reducirá, porque la
tasa de nacimientos acabará siendo 2, inferior a la tasa de recambio
de 2,3, y así reducirán su monstruoso déficit actual: China necesita
100 millones de niñas.
-¡Qué Pekín tome nota!
-China era la avanzada tecnológica, pero los académicos
creyeron que se podían mover de certidumbre en certidumbre absoluta
sin especular jamás. Su ciencia se estancó y China acabó siendo
esclava de Occidente.
-Mientras, nosotros dudamos y
ganamos.
-Sí, pero... ¡cuidado! Estamos siendo
paralizados por los dogmas de la falsa infabilidad informática:
creemos que un ordenador al que le suministremos toda la información
nos proporcionará todas las soluciones.
-¿Cómo hacer
buenas entrevistas?
-Haga radio. La tele proporciona
menos información: usted asimila mejor un telediario tras la
pantalla que ante ella y los telepresentadores son egomaniacos; la
prensa es cada vez más tendenciosa y no acepta lo que no encaja en
su línea editorial... ¡Haga radio!
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